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LA VERDADERA RENTABILIDAD DE LA PRODUCCIÓN LECHERA


La verdadera Rentabilidad de la Producción de Leche.
Es lógico que la rentabilidad de una explotación tambera muchas veces se mida desde la cantidad de leche que se produce en ella, ya que alli se ve el ingreso inmediato.


También es lógico que el productor busque lograr vacas con una conformación sobresaliente para que puedan vivir mas y mejor.
Pero en muchas partes del mundo todavía prevalece el concepto de una vaca ideal a base del concepto de La Vaca de Exposición y se seleccionan a las vacas para tambos comerciales con el mismo criterio que se eligen a los campeones en la pista. Esto hasta hoy muchas veces significa que se buscan vacas de “ Tipo lechero”: altas, desgarbadas, con enormes ubres infladas por la falta de ordeñe.


Convengamos que estas hermosas ubres son de verdad muy funcionales y muy duraderas - siempre que dure el resto de la vaca...


Porque la VERDADERA rentabilidad de un tambo comercial – no hablemos aquí de las Cabañas que se dedican a producir vacas para exposiciones, ya que allí se manejan otros criterios de rentabilidad – no reside solamente en la leche que allí se produce.


Todo productor lechero sabe que en el concepto de la rentabilidad final entran muchos otros rubros como los costos de alimentación y forraje, los costos de la maquinaria y su mantención, los sueldos y las cargas sociales del personal, los costos de remedios y tratamientos veterinarios, para solo mencionar a algunos rubros importantes.


Un productor amigo en Córdoba, que como muchos otros productores de esa zona ha optado por buscar a las altas producciones encerrando a las vacas y racionándolas con TMI ( Total Mixed Ration o Ración Total mezclada ) con mucho grano, silo y heno de alta calidad – una ración con mucha proteína y energía – ha de hecho logrado producciones de 60 litros diarios de sus vacas de punta. Me comentó que algunos vecinos habian logrado hasta 70 litros diarios con tres ordeñes diarios.


Estaba mas que conforme con los ingresos que le proporcionaba la leche que vendía. Pero el problema, según me confesó, era que tenia que estar él personalmente encima de todo el manejo.


‘El dia que falto yo, siempre se muere alguna de las vacas de alta producción’, me dijo.


De hecho, el año pasado, se le habían muerto un 40 % de las vacas, cuando en un tambo de manejo mas tradicional, el porcentaje de descarte suele rondar los 25 %.


Se ordeñaban alrededor de 400 vacas en este tambo, lo cual significaba que se le murieron 160 vacas en un año.


Este productor no tenia problemas de reposiciona. Consideraba que tanto los partos como la guachera funcionaba lo suficientemente bien como para poder reemplazar a las muertas con vaquillonas propias y no tuvo que incurrir en gastos para adquirir vaquillonas de afuera.


Pero si pensamos en el “lucro cesante” de esa diferencia de 15 % de vaquillonas demás, que el productor tuvo que meter en el tambo para reemplazar a las muertas.....


La diferencia entre los 25 % normales y estos 40 %, representarían alrededor de 60 vaquillonas, que en vez de entrar en el tambo, se hubiesen podido vender a un precio que hoy ( Nov 2010 ) rondaría los 8 – 9.000 pesos, o sea alrededor de 540.000.- pesos.


A este calculo de “lucro cesante”, tambien debemos contabilizar la leche que las vacas que se murieron no alcanzaron a dar, ya que casi todas se murieron en el Periparto, o sea durante el primer mes después del parto, cuando recién estaban alcanzando su pico de producción.


Cuando elegimos la genética para nuestro tambo, es fundamental tratar de lograr vacas de sean longevas y que durante esta larga vida produzcan buena leche y no tengan problemas para parir o volverse a preñar y que tampoco padezcan problemas de salud de sus ubres o patas.


Es tan sencillo como esto : la vaca que tiene problemas para parir, problemas para volverse a preñar o que tenga problemas serios de ubre o patas, no será una vaca longeva.


Por mas bonita sea o por mas leche que produzca una vaca, si se muere joven o si hay que descartarla por algún problema de salud, no es una vaca rentable para la empresa lechera.


Como los rasgos funcionales y tampoco la persistencia de producción se pueden ver desde afuera, lo importante al elegir un toro para nuestras vacas es revisar muy bien sus índices y tratar de usar a toros que tengan una prueba de progenie confiable, toros que hayan sido evaluados no solo por la producción de sus hijas, sino también por la fertilidad de ellas, su facilidad para parir y si es posible también por la frecuencia de mastitis clínica en las hijas.


Estos rasgos de salud son decisivos para lograr vacas longevas. Hoy se evalúan por medio de Pruebas de Progenie en varios países Europeos.


Si bien los países Escandinavos ( = Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega ) fueron precursores en este tipo de evaluaciones de los rasgos funcionales, que solo tienen una heredabilidad muy baja, hoy se hacen también en Holanda y en la raza Montbeliarde en Francia.


Con el avance de la nueva técnica de selección por genomas, aun países que hasta ahora tienen problemas para juntar de una manera confiable la información necesaria sobre las hijas de un toro, hoy podrán mejorar notablemente la confiabilidad de los índices funcionales de sus toros, gracias justamente a la evaluación genómica, o sea “leyendo” lo que nos cuenta el ADN de cada individuo.


Pero hay que aclarar que aun hoy no hay manera mas segura para evaluar a un toro que a través del performance de un grupo grande ( por lo menos 150 ) hijas en ordeñe.


elisabeth avendaño

 

 

 

La posibilidad de engordar a los terneros machos de una manera eficiente puede ser un aporte interesante para la rentabilidad de una empresa.

 

 

La posibilidad de engordar a los terneros machos de una manera eficiente puede ser un aporte interesante para la rentabilidad de una empresa.

 

 

Una buena conformación es importante, pero mas importante es la buena funcionalidad de la vaca. ( En la foto Cristian Rodríguez preparando una hija de J Valón en la Mercoláctea 2010.)

 

 

Dos buenas ubres : una hija de Hedåker de segunda lactancia y una hija de J Valón de primer parto en la Mercoláctea.

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